Faltan 0 días para votar por Rubén Torrado al Concejo de Bogotá marcando Cambio Radical-MIRA y el número 6.

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Debates de Control Político

Vigilancia Activa:
El Rol de Rubén en el Control Político

Defendiendo la transparencia y la correcta administración de los recursos de Bogotá.

El control político es una herramienta esencial en la democracia, permitiendo que los representantes del pueblo supervisen y evalúen las acciones del gobierno. Rubén Torrado ha demostrado ser un actor clave en este proceso en Bogotá, destacándose por su valentía al denunciar irregularidades y garantizar que los recursos de la ciudad se utilicen de manera adecuada y transparente. Su compromiso con la verdad y la justicia ha llevado a la identificación de sobrecostos, despilfarros y otros problemas que afectan el bienestar de los bogotanos. Con Rubén en el Concejo, los ciudadanos pueden estar seguros de que alguien está velando por sus intereses y por una Bogotá más justa y transparente.

En plena pandemia, el Concejal Rubén Torrado denunció en el año 2020 la compra de los ventiladores más caros del mercado: la Secretaría Distrital de Salud compró 140 ventiladores mecánicos por un valor unitario de 108 millones de pesos. Sin embargo, el Concejal Rubén Torrado denunció que en el mercado se podían encontrar los mismos ventiladores con un precio promedio de 93 millones de pesos, por lo que se incurrió en un sobrecosto (confirmado por la Contraloría de Bogotá) de aproximadamente 1.673 millones de pesos.

La pandemia fue uno de los momentos más críticos para la historia de la humanidad y de la ciudad. El único Concejal de la ciudad que tuvo la valentía de demostrar irregularidades y corrupción en el manejo de los recursos fue Rubén Darío Torrado Pacheco.

“Con la compra de estos ventiladores únicamente se demuestra la indolencia y el cinismo de los corruptos, patrocinados por la administración distrital. En plena pandemia, mientras todo el mundo estaba perdiendo un ser querido, unos bandidos se estaban llenando los bolsillos acostas del dolor ajeno. Bogotá perdió más de 1600 millones que hubieran podido servir —literalmente— para salvar vidas; o para mitigar la ola de pobreza que desató la pandemia del COVID