Como padre de familia, cabildante y bogotano de corazón, manifiesto mi gran preocupación por lo que está pasando en el sector educativo, no sólo en Bogotá, sino en todo el país.
Más y mejores oportunidades y formación para nuestros niños y jóvenes, ha sido siempre, uno de los mayores desafíos para los mandatarios locales y para el Presidente de la República. Y con la promesa de hacerlo, empiezan su mandato, pero en la práctica muchas veces sucede lo contrario. En los últimos dos años, se han tomado decisiones equivocadas en varios frentes y ahora empiezan a verse las consecuencias.
“Es preocupante que los jóvenes, que han acudido al Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el exterior Icetex, para financiar sus estudios. Al parecer, no hay recursos suficientes para financiar los pagos pendientes a las universidades en el 2024 y mucho menos los créditos del 2025. El objetivo de este Gobierno desde que empezó, ha sido el fortalecimiento de la educación en instituciones de educación pública, privilegiándolas por encima de las universidades de carácter privado. Están muy lejos de la meta inicial, de crear 500.000 nuevos cupos en las universidades públicas y de la construcción de 26 nuevas infraestructuras para la educación superior, pues hasta hoy solamente, se han creado 65.000 nuevos cupos”, manifestó el Concejal Rubén Torrado.
Icetex y el Ministerio de Hacienda administran los recursos de la educación, es importante el trabajo coordinado y responsable, y la ejecución en el presupuesto de 2024, que ya estaba asignado y comprometido, para pagar las carreras de 220.000 jóvenes adscritos al Icetex y que necesitan pagar su matrícula. La solución futura, no puede ser, destinar los recursos de las universidades privadas para financiar las públicas.
Debe haber una política educativa clara, responsable, con los estudiantes y con las instituciones, y la solución no puede ser dejar en manos del Congreso y del Presupuesto General de la Nación, del próximo año -el Ministerio de Educación pidió 6,5 billones para el 2025 y sólo aprobaron 4,6 billones en el presupuesto-, la suerte de más de 200.000 familias que necesitan estos recursos para la educación de su hijos. En el momento, está suspendida la convocatoria para créditos educativos para el 2025, porque no hay recursos para la renovación de los créditos, ni para abrir nuevas líneas de crédito.
Ahora, todas las esperanzas están puestas en el Proyecto de Ley de Financiamiento, para obtener los recursos adicionales, necesarios para aumentar el presupuesto, en este caso del Ministerio de Educación. ¿Y qué pasará con estos estudiantes vulnerables y minorías, si no se obtienen los recursos adicionales a través de esta ley de financiamiento, que el Gobierno busca aprobar en el Congreso? En mi opinión, si se aprueba de esta forma un aumento en el presupuesto del próximo año, esto conllevaría a un gran peligro fiscal, pues los nuevos recursos que se esperan añadir al presupuesto de 2025, ya habían sido negados inicialmente por el Senado y la situación presupuestal es realmente desafiante y peligrosa.
El Gobierno Nacional no puede lavarse las manos y entorpecer la continuidad de los estudios de estos 220.000 jóvenes que están en la cuerda floja. Tampoco, perjudicar a las universidades que ya contaban con el pago de lo que se les adeudaba este 2024, y que además, abrirán muy pronto, sus procesos de matrícula para el 2025. Deben cumplir con sus compromisos, no crear más cortinas de humo para evadir las responsabilidades.